Postby Jesús » Fri Feb 17, 2006 10:03 pm
Cheo,
Me alegra que sepas ser autocrítico con tu asociación como muchos lo somos también con Babels en estos foros públicos. Pero hay algunos problemas que no acabas de abordar.
Uno es que la gente no es excluida sólo por informes negativos de miembros ya existentes. Hay gente que ni siquiera puede plantearse entrar porque no cumple el requisito previo de conocer a los padrinos adecuados en su región. Si yo, por poner el ejemplo que mejor conozco, me planteara llamar a esas puertas (cosa que no haré mientras no se abran de par en par a todos los que considero "my siblings", es decir tod@s l@s que SON intérpretes de conferencias y lo puedan acreditar con un título, expediente académico o experiencia equivalente) sencillamente no podría hacerlo porque pese a haber compartido cabina hace ya muchos años con miembros actuales de AIIC, éstos viven hoy en países que no son "mi región", luego no me valdrían. Y no hablemos ya de magníficos intérpretes que trabajan en el mismo mercado local en que yo lo hago y que nunca vivieron (¿por qué habrían de hacerlo?) en París, Bruselas, Ginebra u otras ciudades con abundante presencia de intérpretes de AIIC.
¿Para vosotros somos "mercado gris" y encima hemos "elegido" serlo? Te diré que todos los intérpretes con quienes trabajo respetan la profesión y trabajan según las condiciones establecidas por una asociación nacional a la que probablemente tampoco nunca pertenecerán o lo harán a una edad ya cercana a la jubiliación porque también exige padrinos. ¿Y aun así somos mercado gris?
Me parece que cerrarte la puerta a un club que sigue siendo selecto (al menos por estos pagos nunca se vio la apertura de la que hablas), con acceso a clientes privilegiados que sólo contratan a intérpretes de ese club, por supuesto sin firmar ninguna cláusula, faltaría más, porque alguien los ha "convencido" de que fuera de él sólo hay caos, mediocridad y mercado gris, y luego descalificar a los excluidos de ese club arrojando sobre ellos todo tipo de sospechas no es una actitud muy solidaria que digamos, ni siquiera respetuosa.
Tú lo has dicho, AIIC pretende vender lo mejor posible una mercancía, para lo cual la oferta de profesionales de "alto standing", así considerados según unos parámetros como mínimo discutibles, ha de ser lo más reducida posible. Y probablemente esté en su derecho a intentarlo (según los criterios neoliberales al uso). Pero entonces que no pretenda representar a una profesión en su conjunto cuando excluye a la inmensa mayoría de los profesionales. Y menos aún sentar cátedra sobre criterios de formación de intérpretes cuyo fundamento no es la calidad de la enseñanza-aprendizaje sino el mayor o menor control que la profesión, "a ser posible encuadrada en AIIC", ejerce sobre los centros de formación (v. el artículo de J. Mackintosh: "(1995): “A Review of Conference Interpretation: Practice and Training”. En Target 7 (1), pp. 119-133).
Probablemente, como decía Conrado, me haya salido algo de acritud en mis comentarios en este foro. Pero te aseguro que no es por mí. No me puedo quejar de mi suerte profesional ya que afortunadamente tengo otro oficio y además cada vez hay más clientes locales e internacionales que se van dando cuenta de que también hay calidad fuera de AIIC y que no tiene mucho sentido traer equipos enteros de intérpretes desde lejos sólo porque son miembros de una asociación (en mi zona más próxima sólo hay dos miembros de AIIC, una de ellas recién llegada y ninguna con lengua materna española, a quienes por cierto ninguno de los otros 30 intérpretes locales, que yo sepa, conoce). Lo que no creo es que a nadie le deba extrañar que a uno se le agríe el ánimo al ver a jóvenes esforzarse denodadamente por formarse como intérpretes competentes para luego ver que en ciertas instituciones públicas ni siquiera se les da la oportunidad de demostrar su capacidad con una prueba objetiva. Entiendo que en el PE tal vez no abunden intérpretes de plantilla con una combinación como la de Ramsey, pero eso no es razón para no hacer una prueba en la misma institución. Cuando yo entré a trabajar en un servicio de interpretación de una institución internacional con sede en Bruselas (no era el SCIC) tampoco había intérpretes al español con capacidad para juzgarme, lo que no impidió que se me sometiera a una prueba con intérpretes de otras combinaciones, responsables del servicio y representantes de la Embajada Española. Me parece que ése es el modo correcto de proceder para garantizar la igualdad de derechos en el acceso al servicio público. Y eso no son especulaciones, es un asunto muy serio. Tal vez haya llegado el momento de que, más allá de la discusión en este foro, donde se están expresando opiniones que mucha gente manifestaba en privado desde hace mucho tiempo (gracias, Babels) l@s damnificad@s comiencen a hacer algo más al respecto.
Otro modo de organizar la profesión es posible: uno que ofrezca a más profesionales la oportunidad de trabajar en aquello para lo que se han preparado y permita a más colectivos sociales beneficarse de la mediación interlingüe e intercultural oral o por signos. Pero para ello hace falta otra ética profesional, una que busque el bien interno del profesión (la satisfacción de una necesidad social) y no sólo el externo (dinero, prestigio y poder) de una élite de profesionales (v. MCINTYRE, A. (1981): After Virtue: A Study of Moral Theory. Londres: Duckworth).
Creo que Babels, con una "amplia agenda política", como señalaba Yan más arriba, también está para contribuir a ese replanteamiento de la profesión.
Jesús